domingo, 2 de diciembre de 2012

Enfermedades de Transmisión Sexual

Enfermedades de Transmisión Sexual 






Gonorrea
Es una enfermedad venérea muy frecuente, fácil de detectar en el hombre, ya que se produce una secreción purulenta por la uretra con bastante dolor al orinar.
En cambio, en la mujer es mucho más difícil de descubrir, porque generalmente no da molestias, y si las da, no son muy específicas y pueden confundirse con otras infecciones genitales. Se produce una secreción purulenta por la vagina. Si no se trata, esta bacteria irá infectando y destruyendo los órganos genitales internos de la mujer, tales como el útero y las trompas de Falopio. Como consecuencia, a muchas mujeres les provoca esterilidad, o incapacidad de concebir un hijo.


Sífilis
Al igual que otras enfermedades venéreas, solamente se contagia por el contacto sexual con una persona infectada. Se puede descubrir fácilmente si luego de varios días de haber tenido una relación sexual aparece en los genitales (glande, prepucio, surco balanoprepucial en el hombre, labios mayores o menores y vulva en la mujer), una úlcera indolora de base dura, acompañada de inflamación en los ganglios de la ingle. Si ello ocurriera, se debe acudir rápidamente a un médico para un tratamiento que es ciento por ciento efectivo. De lo contrario, desaparecerá la úlcera y la infección se diseminará por todo el organismo, dañándolo de manera irreversible.

Sida
El SIDA es una enfermedad de transmisión sexual. Descubierta en 1981, es producida por un virus que ataca y destruye las células blancas de la sangre (linfocitos) que nos defienden de infecciones por gérmenes (bacterias, hongos, otros virus) y de la proliferación de ciertas células cancerosas.
Actualmente el virus sigue siendo mortal. Sin embargo, hay tratamientos para mejorar la calidad de vida del infectado.
Existen muchos mitos sobre las formas de contagio del SIDA. El compartir una habitación, una comida, un beso o un abrazo con una persona infectada no constituyen ningún riesgo.
Por otra parte, todavía se cree que solo les da a las personas que mantienen relaciones sexuales con personas de su mismo sexo (homosexuales). Esto es falso.
Cualquier persona puede contraer SIDA si se expone. Por esto es más frecuente en personas con vida sexual desordenada y promiscua. Pero también puede afectar a personas de sexualidad sana y a niños, por medio de transfusiones de sangre infectada o durante la gestación en el caso de madres infectadas.
Al principio, la persona contagiada con SIDA presenta síntomas muy vagos: baja de peso acentuada, diarreas crónicas, ganglios inflamados en diferentes partes del cuerpo. Posteriormente, al agotarse sus defensas, presenta una serie de infecciones muy raras y de difícil tratamiento en los pulmones, el cerebro, en la sangre, etc. Y algunos de ellos comienzan a presentar tumores cancerosos en la piel (sarcoma de Kapossi).
Las personas con SIDA no fallecen por la enfermedad en sí, sino por alguna infección severa y/o algún tumor maligno expandido en el organismo.



Virus papiloma humano (VPH)
Provocada por un microorganismo (existen más de 100 variedades) responsable de infectar algunas estructuras y tejidos de los aparatos reproductores, tanto de hombres como mujeres. Uno de los signos más visibles en las mujeres es la aparición de verrugas en los genitales, así como también en la superficie del cuello uterino (en esta zona causa lesiones considerables).  Este virus es una de las causas de la aparición de cáncer cervical en mujeres.


Candidiasis
Es una infección provocada por el género de hongos Candida, que afecta normalmente a las mucosas del cuerpo. En la mujer, el tipo de hongo Candida albicans perjudica principalmente en la mucosa vaginal, inflamándola y
produciendo vaginitis. Esta alteración usualmente genera una secreción vaginal anormal, abundante y de mal olor. En ocasiones causa ardor y picazón.
Para Saber Más...

La Primera Vez


La Primera Vez 



El primer encuentro sexual en la adolescencia puede ser crucial para el futuro, significa lanzarse por un camino nuevo y desconocido en la vida amorosa, horizonte en el cual es deseable que sea una experiencia bien  planeada. Sin embargo no suele ser así, no te hagas muchas ilusiones porque la primera relación sexual no suele ocurrir en las mejores circunstancias. El sueño de un momento de felicidad se convierte en un instante de culpabilidad, dudas y miedos.

El problema de la primera vez no es hacer bien el amor,  siempre las próximas veces será mejor porque la experiencia te dará alegrías futuras en el sexo. Al iniciar tu vida sexual tienes que saber para acabar con un embarazo indeseado o contrayendo una de las infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el mortífero VIH del SIDA.

La cabeza del adolescente está llena de mitos sobre el sexo causados por  la falta de información, las presiones sociales y una educación temerosa de tocar temas sobre el ejercicio responsable de la sexualidad en los jóvenes.

La edad para tener sexo por primera vez en la adolescencia

No existe una edad establecida para la primera relación sexual.  Sabemos que los adolescentes inician su vida sexual cada vez a edades más tempranas, inclusive entre los 13 y los 15 años de edad. En México, por ejemplo, la edad de la primera relación sexual es entre los 15 y 19 años.  Vivir la primera  experiencia sexual de manera exitosa requiere madurez y responsabilidad, y sobre todo, estar completamente seguro de que es el momento ideal  y tu pareja sea la persona indicada.

Las relaciones sexuales significan responsabilidad compartida. Y la clave para llegar a la plenitud en el primer encuentro sexual es la información, orientación y educación.  La vida íntima involucra a dos personas, y como tal, la pareja debe platicar, informarse y acercarse a un profesional en salud para aclarar dudas y temores.

Es importante tener presente que para ser responsable del cuidado de la vida de un bebé, primero es necesario ser responsable de uno mismo. Por ello, tanto el hombre como la mujer adolescente deben adoptar un método para la regulación de la fertilidad y así poder disfrutar con confianza de una sexualidad plena, satisfactoria y sobre todo, libre, responsable e informada que complemente su vida, desde la primera vez.

Definitivamente, en la primera relación sexual no puedes olvidar de tener antes información sobre tu sexualidad y condones.



 Guía para padres 


Educar en la sexualidad

Educar en la sexualidad implica hablar, entre otras cosas, de la vida afectiva, del respeto por el otro, del propio cuerpo y sus cuidados, de los sentimientos, de cómo relacionarse afectivamente con un otro, de la empatía, etc.  El conversar de estos temas prepara al niño para enfrentar y mantener una relación amorosa y por sobre todo cómo enfrentar las, tan dolorosas pero inevitables, decepciones sin derrumbarse ni enfermarse. Por lo anterior es fundamental que él o la joven sientan que cuenta con un espacio entregado por sus padres para compartir tanto sus alegrías como sus dolores.  En ocasiones los padres responden con un  “no te preocupes”, “él o ella se lo pierden”, "ya verás cómo mañana se te va a pasar y te vas a estar riendo”, “hay tantas mujeres /hombres  en el mundo”, “no llores…”, etc. Estos comentarios, aunque son dichos desde el amor de padre, más que ayudar generan mucha rabia en el o la joven; sienten que sus sentimientos no son atendidos y mucho menos comprendidos, que son minimizados y que no son importantes, pero sobre todo son un plus para que el adolescente se guarde en silencio y salga a  pedir consuelo en otras personas o en algún vicio que los calme en su angustia.
El adolescente es por naturaleza egocéntrico, extremista en sus sentimientos, constantemente piensan que todos estarán pendientes de lo que haga y diga. Paralelamente siempre responde de manera muy intensa a la crítica, por lo que es de suma importancia para él o ella que los padres le validen en su pololeo.




Preparándolos para la vida

Uno de los principales objetivos como futuros educadores es orientar al adolescente a las nuevas sensaciones y vivencias por las cuales atraviesa, para eso es necesario conocer algunos aspectos puntuales de la sexualidad del adolescente. Por ejemplo, los sueños y las fantasías sexuales, que son muy frecuentes y explícitos en la adolescencia.  Muchas veces, estos están acompañando a la masturbación, que siendo absolutamente normal, sirve al o la joven para acceder al placer sexual y al orgasmo. Cumplir con la fantasía, aquello que por el momento en la realidad no es posible, “ensayar“en la mente lo que podría ser una experiencia real, generando de esta forma una disminución de la ansiedad que le provoca “esto desconocido” en la práctica; por último, ayuda en la mitigación de la soledad y es una válvula de escape de la tensión y el estrés generales. Es por lo tanto una práctica sexual exenta de riesgos, que la pueden controlar y que por lo mismo los padres no deberían cuestionar ni menos “entrometerse”, a menos que se volviera demasiado frecuente y que haga al joven permanecer mucho tiempo dedicado a este ejercicio, sea acompañado de pornografía y que lo vuelva retraído y alejado de las actividades propias de la edad.